miércoles, 13 de junio de 2007

DISCIPLINAS FILOSÓFICAS (Introducción)

LA FILOSOFÍA Y SUS DISCIPLINAS
Por el Prof. Pablo H. Bonafina

Tal vez haya hoy más acuerdo entre los diferentes autores en hablar de “disciplinas filosóficas” que de “Filosofía”. A este respecto, es preciso tener en cuenta que es cierto de que antes de que pueda hablarse de “Filosofía”, entendida como una ciencia y saber sustantivo (y propio) hay que hablar de “filósofos” y, si cabe, de “filosofías” o “disciplinas” que han sido surgiendo según los distintos objetos de la realidad en los que el hombre ha centrado su atención y de pensamientos y pensadores que, años más tarde, han sido estudiados y sistematizados por otros.

La Metafísica u Ontología es la llamada “filosofía primera” no por ser la primera en aparecer en la historia sino porque considera a lo “primordial”, al “ser” y a la “existencia” en sí, desprovistos de toda determinación. No trata acerca de un ser o existente en particular, sino de aquello que puede decirse de todos y cada uno de los seres que existen. Es el estudio más abstracto y profundo que puede hacerse acerca de aquello que constituye el fondo de la realidad: el ser, y trata de llegar hasta sus mismas causas.

La Cosmología o Filosofía de la Naturaleza es una antigua disciplina científico-filosófica que considera desde la perspectiva filosófica aquellos fenómenos naturales que siempre han sido un interrogante para el hombre, tales como son: la materia, el tiempo, el movimiento, el espacio, el cambio, etc.

La Antropología antiguamente era la ciencia que estudiaba al hombre en cuanto tal, su naturaleza, sus facultades y sus manifestaciones fundamentales, pero hoy se va encaminando esta disciplina hacia la independencia como ciencia, centrando su objeto en el fenómeno propiamente humano: la cultura y las civilizaciones, hasta poder llegar a la reconstrucción paleontológica, arqueológica y genética del proceso de hominización.

La Gnoseología o Teoría del conocimiento tiene como objeto de estudio al conocimiento humano (tanto el acto del conocimiento humano como el resultado de dicho acto). Estudia desde el origen y la esencia del conocimiento, hasta las relaciones entre objeto y sujeto, las percepciones, la verdad (y su misma posibilidad) y los diferentes estados de la mente frente a la realidad.

La Lógica es por la mayoría de los autores considerada como una disciplina introductoria a la Filosofía. Ella le brindó, desde el principio, a ésta todo el instrumental terminológico para que aquella pueda expresarse con rigor científico, analizando sus proposiciones, y estudiando las leyes y estructuras que originan los pensamientos y las reflexiones. Hoy se divide en clásica o simbólica, moderna o matemática, al incorporar métodos de la ciencia matemática para analizar estructuras lógicas.

La Ética es la disciplina filosófica que reflexiona entorno al obrar humano. Analiza los elementos del acto, sus objetos, fines y circunstancias desde la perspectiva de la “moralidad” (ya sea su “bondad o maldad”) e intenta orientar el obrar del hombre para que éste no termine contradiciendo la naturaleza profunda de su ser. La Axiología es una “versión moderna” de la ética que analiza los actos humanos desde la perspectiva de los valores, al tiempo que la validez, jerarquías y escalas, y objetividad de los mismos.

La Psicología y la Sociología antiguamente eran ramas de la filosofía, pero desde hace unos años son disciplinas separadas. La primera se ocupa del psiquismo humano, y las motivaciones conscientes o subconscientes del obrar del hombre. La segunda tiene por objeto al hombre en sociedad, su vida, sus vínculos y sus manifestaciones en comunidad.

La Epistemología o Filosofía de la ciencia es la disciplina filosófica que mira a todas las ciencias, sus objetos, métodos y procedimientos, traza sus límites y ámbitos de competencias, por eso se la llama “la ciencia de las ciencias”.

La Estética o Filosofía de arte, tiene como objeto las realidades de “hechura humana” que no entran en el ámbito de la técnica, y reflexiona acerca de las formas de expresión, desde las categorías de la armonía y la belleza.

La Filosofía del lenguaje es una disciplina joven que analiza los modos, elementos y estructuras internas de los diferentes modos de lenguaje existentes.

La Filosofía de la religión trata de rastrear el origen del fenómeno religioso en general, en sí mismo, tal como los hombres lo han ido manifestando a lo largo de la historia. No se relaciona con ninguna creencia en particular, pues la creencia entra dentro de sus objetos de estudio, así también como “lo divino”.

Discuten muchos si debe considerarse a la Teología como una disciplina filosófica, pero otros tantos afirman que es una “ciencia religiosa”. (Se discute también si se trata de una ciencia objetiva, pues habría tantas teología como credos y religiones). Pero más allá de las discusiones entorno a su objeto (Dios y la revelación a los hombres, sustentada en los textos bíblicos y en la historia) cualquiera que haga un serio acercamiento a ella, advertirá que se sirve del lenguaje y método científico para explicar sus creencias y expresar su fe.

La Filosofía del Derecho estudia las normas jurídicas y su vinculación con la justicia. Se vincula estrechamente con la Filosofía política, que tiene por objeto las diferentes teorías acerca del Estado, y sus formas ideales y concretas.

La Filosofía de la historia trata de descubrir si la historia tiene un sentido, una dirección, y si éste puede descubrirse e interpretarse a través de los acontecimientos. Es una reflexión filosófica sobre la historia y sus diferentes etapas.


El intento moderno (e iluminista) de construir un saber (Filosofía) o ciencia universal y unitario, acerca de los distintos grandes temas e interrogantes del hombre y del universo es un proyecto relativamente moderno y, para muchos, cuestionable en su mismo origen. Para algunos, lo único que encontramos en la historia del pensamiento filosófico son, precisamente, pensamientos, reflexiones, interpretaciones que distintos hombres hicieron de la realidad o de algún aspecto de ella. Cierta y obviamente que cada autor tendrá pretensiones de objetividad, pretensiones que se constatan también en los expositores y profesores de los grandes temas y disciplinas de filosofía, pues habiendo elaborado una síntesis la presenta como “una filosofía” o visión global de la realidad. Lo cierto es que, más allá de sus concretas realizaciones, la opinión de la mayoría de estudiosos sostiene que “la FILOSOFÍA –así, en singular– no existe. Esta palabra no designa más que el amor al saber. Expresa una actitud, un anhelo… una actitud espiritual” (Alejandro Korn, SISTEMA FILOSÓFICO).

Las CAUSAS en ARISTÓTELES (Nota)

ACERCA DE "LAS CAUSAS" DE ARISTÓTELES

Aristóteles concibe al existente concreto o usía de dos modos: estática y dinámicamente. Según el primer modo podemos hablar de sustancia y accidentes o categorías. Según el segundo modo podemos hablar de aquello que hace posible el devenir en la usía, es decir, sus principios del devenir, tal como son el acto y la potencia. Mientras el acto reside en la forma (que es aquello que determina actualmente al ente), la potencia reside en la materia (que es aquello que permanece como principio de indeterminación y susceptibilidad).

Parece haber alguna lícita identificación entre forma y acto y entre materia y potencia, puesto que la forma es esencia actualizada, es decir, en acto, esto es: existiendo. Mientras la materia es el sujeto o soporte de aquella determinación que recibe el nombre de forma. No estará de más decir que sólo están compuestos por materia y forma (o sea, hylemórficamente) los entes materiales y que todas estas distinciones son “de razón”, pues en el ente existente o usía o sustancia se da todo esto simultáneamente: forma y materia (que son las llamadas "causas intrínsecas" del ente), acto y potencia, sustancia y accidentes… De modo tal que no puede existir la una sin la otra. En efecto, no puede algo ser sin ser de un modo determinado, pues no es concebible un existente puro, absolutamente indeterminado, por tener que ser necesariamente irreal, abstracto, al estar desmaterializado.

Ahora bien. Algo similar, en cuanto a la relación causal íntima, sucede con las causas (extrínsecas, tal como son la) eficiente y final. Puesto que, según la filosofía aristotélica, todo agente (como llama al ente que obra) obra por un fin determinado, se dice que tiene en sí, antes de obrar, la intención, que es la que mueve y guía la acción que eficazmente tratará de alcanzar. Esto último contribuye a la idea de que todo cuanto existe (ya tenga actual existencia o sea producido por el arte de los hombres) tiene una causa, una razón de ser o sentido, aunque puede que éstas no se revelen de modo inmediato a la inteligencia.-