miércoles, 14 de noviembre de 2012

Textos de «PROBLEMÁTICA FILOSOFICA»

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Estimados alumnos:

Estuve releyendo este texto del que hablamos en clase del filósofo francés RENÉ DESCARTES (considerado el «padre del Racionalismo francés») que desde hace años conozco y enseño (incluso en su idioma original, que es el latín), y he elegido para que trabajemos una traducción más reciente que la consagrada de Manuel García Morente, que anda dando vueltas en su formato digital por la web (de un Centro de Estudios de Chile). Sucede que, como es de Chile, en ella se encuentran palabras que tendrán que buscar en el Diccionario OnLine de la Real Academia Española -que es BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA!(http://lema.rae.es/drae/)... pero ya las busqué yo mismo y las encontré (de modo que no hay inconvenientes). Si no pueden conseguir la traducción del filósofo español (García Morente) que tradujo a Descartes y a tantos otros Autores (pero que lo hizo en un «español delicado» que quizás no estén acostumbrados a leer), pueden servirse, para las MEDITACIONES METAFÍSICAS I, II y III, que son las que nos interesan y veremos en clase, de esta más nueva de José Antonio Mígues. Por mi parte, y de acuerdo a lo que vamos viendo en clase, y las acotaciones que vamos haciendo, para una lectura más provechosa, le agregué a la traducción de Mígues varias NOTAS que hice para Ustedes en los pasajes de los textos que considero esenciales, para su mejor comprensión, y las puse al pie de página. Por razones de tiempo no he podido hacer una retraducción completa de este texto filosófico al que referimos en clase (de los más sencillitos y utilizados para una «introducción» a la lectura filosófica, «en este contexto y en este Programa de la Asignatura»), se las debo. Por ahora, podrán acceder a este archivo de las MEDITACIONES del filósofo DESCARTES con un solo click! (con ANOTACIONES explicativas mías): http://www.filosofianueva.com.ar/Descartes_M_I-III_Notas_PhBonafina.pdf. El archivo lo subí en PDF así quedaba mejor, más claro.

Si además, Algún Alumno no tiene aún el texto LA MORAL COMO NECESIDAD ANTROPOLÓGICA de Eduardo López Azpitarte, lo puede leer aquí http://www.filosofianueva.com.ar/tx_lamoralcomonecesidad.htm el cual se complementa necesariamente con el titulado EL HOMBRE COMO ARTESANO DE SU PROPIA HISTORIA (http://www.filosofianueva.com.ar/tx_pathosyethos.htm).

Y si no se posee el texto sobre LA CUESTIÓN ÉTICA del Prof. OBIOLS, hasta que pueda conseguirse la Edición impresa, se puede leer de aquí (esta subida es fines estrictamente pedagógicos, en absoluto comerciales, sino que forman parte de los «apuntes de clase» que utilizamos en el curso de Filosofía a la espera de la re-edición o re-impresión de este texto): http://www.filosofianueva.com.ar/Obiols-La-Cuestion-Etica.pdf.

Para cualquier consulta pedagógica: pbonafina@hotmail.com.

Un saludo cordial,
Prof. Pablo Bonafina.-
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miércoles, 17 de octubre de 2012

«BIBLIOGRAFÍA (optativa) sobre KANT»


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Quizás sería fructífero comenzar por el capítulo del Manual titulado «EL FENOMENISMO DE KANT» del Prof. Patricio Hopkins. Es una sencilla y muy concisa explicación que ya tiene sus años (el Manual se llama: FILOSOFÍA). Aunque las páginas del libro están color marrón a causa de los años he pasado su contenido a un archivo de Word y luego htm porque supera por mucho a los nuevos manuales o explicadores. El sitio donde lo alojé es: http://www.filosofianueva.com.ar/ap_hopkins.htm. [Ah... Si lo que se busca de este Filósofo es sobre “gnoseología” –su “teoría del conocimiento– fíjense el modo de omitir el cuadro de “El tipo de Juicio”, “su expresión” y “su categoría”, aunque lo mejor será que lo puedan seguir en su contexto, y no solo leer sino comprenderlo, aunque no sea tema de evaluación].

Para tener una “visión de contexto”, y ver algunos aspectos que el Prof. Obiols no trata en su Manual, se puede ver esta página del Prof. Bonafina tomada de su Manual: «EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO EN LA MODERNIDAD» [Síntesis]. http://bonafina.blogspot.com.ar/2011/10/el-problema-del-conocimiento-en-la_11.html. Para ir directamente al pensamiento de Kant vaya directa y ESPECÍFICAMENTE a los parágrafos § 5 al § 8 incluido (sepa que no es para una sola lectura).

El texto «INTRODUCCIÓN AL EMPIRISMO» es un resumen de LO ESENCIAL de esta corriente de pensamiento que hice para unos alumnos que no comprendían este tema en el Manual que estaban usando en un Curso. Puesto que se suele presentar el empirismo en oposición al racionalismo, y también al idealismo, es importante tener bien claro cuáles son los tópicos esenciales del pensamiento de HUME que Kant va a tener muy en cuenta cuando hable de “EL ORIGEN y comienzo del conocimiento” (o en lo que se suele llamar “conocimiento sensible -del conocimiento en Kant)”. Creo que esta pagina es importante para ver qué toma Kant de Hume, concretamente (y de paso repasar EMPIRISMO): http://bonafina.blogspot.com.ar/2010/09/introduccion-al-empirismo.html.

Dejo también a disposición un resumen del Prof. Bonafina titulado «Introducción general al pensamiento de Kant». Es un texto bastante amplio (en algunos sentidos) sobre el pensamiento de Kant. Si no vieron de Kant OTROS TEMAS además del “clásico proceso del conocimiento” en este autor quizás sea demasiado general e innecesario leer este resumen, aunque contiene definiciones y conceptos de “gnoseología” bastante claros y precisos. Está en: http://www.filosofianueva.com.ar/ap_introduccionakant.htm.

Sí se puede consultar el artículo de Wikipedia, aunque el que actualmente está disponible en “la Enciclopedia Libre” no es del mejor nivel, y tampoco es más fácil, igual que otras “monografías”, “resúmenes” u otros de otros sitios donde los alumnos me comentan que suelen consultar o “tomar” material para algunos trabajos de clase. En el caso de KANT, si van a WIKIPEDIA, ESPECÍFICAMENTE vayan a los “capítulos” (títulos): “Pensamiento” y “Estética trascendental” (incluido el cuadro, que explica los “tipos de conocimiento”), así no ve más de lo que corresponde y se confunden más: http://es.wikipedia.org/wiki/Kant#Del_per.C3.ADodo_cr.C3.ADtico.


Prof. Pablo Bonafina
Buenos Aires, 17 de octubre de 2012.-

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sábado, 15 de septiembre de 2012

ESCRITOS INTRODUCTORIOS DE «ÉTICA»

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LA MORAL COMO NECESIDAD ANTROPOLÓGICA [1]

 
A pesar de todas las críticas que se han levantado contra la moral nadie es capaz de aniquilarla por completo. Se podrá rechazar una ética determinada, pero todo ser humano, por el simple hecho de existir, está condenado a vincularse con una moral. Por ello se lo ha definido “como un animal que sigue reglas” (R.S. Peters).
 
Aunque la sociobiología haya descubierto en la conducta humana estructuras parecidas al comportamiento de los animales, existe una frontera cualitativa que separa con nitidez ambos mundos. Los seres irracionales siguen ciegamente las leyes de la naturaleza e instintos, que los conducen con una eficacia admirable a la consecución de sus objetivos. No tienen otra moral que el sometimiento a sus imperativos biológicos, teleológicamente ordenados al bien individual y de la especie. Su orientación resulta tan perfecta y adecuada que para actuar bien sólo tienen que dejarse llevar, sin necesidad de poner ningún reparo, por el dinamismo interno de sus propias tendencias. A primera vista, incluso, habría que decir que se encuentran mucho mejor programados y con una dotación mejor de la que el hombre y la mujer poseen. Venimos a la existencia con un cierto defecto de fábrica, como si nos hubiera faltado una revisión final.
 
Dicho de otra manera, nacemos sin estar hechos ni programados por la propia naturaleza. Esta carencia radical con relación a los animales, que catalogaría al género humano como inferior y menos perfecta, se compensa radicalmente por la existencia de la libertad. Si en el animal los estímulos suscitan en cada momento una respuesta determinada y precisa, el ser humano, para vivir con dignidad, no se puede dejar conducir por los simples impulsos anárquicos y desordenados, sino que requiere un ajuste posterior para que su conducta sea integrada y razonable. El animal que sigue las leyes de sus instintos sería un animal perfecto, pero el hombre que respondiera de la misma forma a las exigencias instintivas de sus pulsiones se convertiría en una auténtica bestia. Esta necesidad humana e irrenunciable de modelar nuestro comportamiento brota, por tanto, de nuestras propias estructuras antropológicas. Estamos condenados –queramos o no queramos- a ser éticos.
 
Cuando S. Freud definía al niño como “un perverso polimorfo” expresaba de otra manera esa misma realidad. Necesitamos de una orientación para canalizar las fuerzas anárquicas e instintivas hacia una meta que no se consigue, dejándose conducir pasivamente por ellas. No es ningún desprecio al ser humano, sino la constatación de una tremenda realidad. La psicología humana, como un pedazo de arcilla en manos del alfarero, es tan flexible y maleable que cualquier perversión puede instalarse en ella. Se trata de modelar el principio de placer –anárquico, egoísta, desintegrado- con el principio de la realidad que posibilite el acceso al comportamiento civilizado. Es el paso de la barbarie instintiva a la cultura para construir un mundo humano que nace sobre una naturaleza regida exclusivamente por las necesidades del impulso espontáneo.
 

EL SER HUMANO COMO ARTESANO DE SU PROPIA HISTORIA
 
Educar no es, por tanto, sino el esfuerzo por extrae (educere), desde la realidad íntima de lo natural e informe, una forma de conducta configurada que posibilite la integración dentro de un sistema humano de convivencia. Un trabajo de pedagogía para que la persona no se convierta en un hueso desencajado y molesto para la sociedad, que repercutiría también sobre su propio psiquismo e impediría su desarrollo y maduración. El individuo queda vinculado de esta forma en un amplio mundo de comunicaciones e intercambios que le hace descubrir las reglas fundamentales para vivir en armonía con el grupo. La urgencia de configurar nuestros mecanismos antropológicos es lo que X. Zubiri llamó moral como estructura, como el que intenta crear una obra con los materiales informes que tiene entre manos. Mientras que las opciones concretas y los caminos que se elijan serán diversos de acuerdo con la decisión adoptada. El conjunto de normas y criterios particulares que se escojan para realizar esta tarea será la moral como contenido.
 
La misma etimología de la palabra ética nos da un sentido mucho más rico y profundo de lo que para muchos significa este término. El ethos, en la existencia humana, es la cara opuesta del pathos, como una doble dimensión que cualquier sujeto experimenta. Dentro de esta última acepción entraría todo lo que nos ha sido dado por la naturaleza, sin haber intervenido o colaborado de manera activa en su existencia. Lo llamamos así por haberlo recibido pasivamente, al margen de nuestra decisión o voluntad. Es el mundo que constituye nuestro talante natural, nuestra manera instintiva de ser, que padecemos como algo que nos ha sido impuesto, y que no sirve, como hemos visto, para dirigir nuestra conducta. Ofrece los materiales sobre los que el hombre y la mujer han de trabajar para construir su vida, como el artista esculpe la madera para sacar una obra de arte.
 
Para expresar este esfuerzo activo y dinámico, que no se deja vencer por el pathos recibido, el griego se servía de la palabra ethos, pero con dos significaciones diferentes. En el primer caso, indicaba fundamentalmente el carácter, el modo de ser, el estilo de vida que cada persona le quiere dar a su existencia. Mientras que su segunda acepción haría referencia a los actos concretos y particulares con los que se lleva a cabo semejante proyecto.
 
Tendríamos que decir, por tanto, que la función primaria de la moral consiste en dar a nuestra vida una orientación estable, encontrar el camino que lleva hacia una meta, crear un estilo y manera de existir coherente con un proyecto [2]. La ética consistiría, entonces, en darle a nuestro pathos –ese mundo pasivo y desorganizado que nos ofrece la naturaleza- el estilo y la configuración querida por nosotros, mediante nuestros actos y formas concretas de actuar. Aquí está la gran tarea y el gran destino del hombre y de la mujer.
 
Ser persona exige un proyecto futuro, que determina el comportamiento de acuerdo con la meta que cada uno se haya trazado. Hacer simplemente lo que apetezca es descender hacia la zona de lo irracional, a un nivel por debajo de los animales –cuya conducta queda regulada por los instintos [3], para adoptar como criterio único el capricho y el libertinaje. Toda persona, ineludiblemente, tiene que plantearse el sentido que quiere darle a su vida, la meta hacia la que desea orientarla. Se trata de una pregunta a la que hay que responder de una u otra manera, pues hasta el suicidio supone una respuesta implícita: la vida no merece la pena. La praxis ética se convierte, entonces, en el camino que lleva hacia el ideal y la meta propuesta. Cada uno buscará elegir lo que lo ayude a ese objetivo y evitar lo que constituya un obstáculo. En este sentido, no existe ningún hombre que no tenga algún tipo de moral, pues, aunque rechace alguna en concreto, actuará en función de otra meta diferente.-

 

[1] Este texto y el siguiente, pertenecen a la obra de Eduardo López Azpitarte, CÓMO ORIENTAR LA PROPIA VIDA (Paulinas, Bs.As., 2000. Capítulos 9 y 10, págs. 27-32).
[2] Hablando de Sócrates, Xavier Zubiri comenta: “El vocablo griego ethos tiene un sentido infinitamente más amplio que el que hoy damos a la palabra ética. Lo ético comprende, ante todo, las disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres y, naturalmente, también la moral. En realidad, se podría traducir por ‘modo o forma’ de vida, en el sentido hondo de la palabra, a diferencia de la simple manera”.
[3] El animal obra de acuerdo a su ser cuando obra por instinto, que es su principio esencial y determinante. Pero el hombre obra de acuerdo a su ser cuando obra libremente, éticamente, no dominado por sus instintos, sino dándole forma a su existencia por medio de su inteligencia y voluntad, de acuerdo a la dignidad de su naturaleza racional.-
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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Fuentes para GNOSEOLOGÍA

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DISPOSICIÓN AL «CONOCIMIENTO» Y A LA BÚSQUEDA DE LA «VERDAD»

http://bonafina.blogspot.com.ar/2009/02/rene-descartes-el-comienzo-del.html

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO MODERNO (Otra Introducción)

http://bonafina.blogspot.com.ar/2011/10/el-problema-del-conocimiento-en-la_11.html

SÍNTESIS DEL EMPIRISMO. REPASO DE CONCEPTOS ESENCIALES.

http://bonafina.blogspot.com.ar/2010/09/introduccion-al-empirismo.html

PARA EL RACIONALISMO SE PUEDE CONSULTAR

http://www.e-torredebabel.com/Psicologia/Vocabulario/Racionalismo.htm

INDICE A DIVERSOS “SITIOS” DE TEMAS GNOSEOLÓGICOS (Breves)

http://bonafina.blogspot.com.ar/2011/10/bibliografia-complementaria-gnoseologia.html

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«METODOLOGÍA DE LAS CIENCIAS»

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Cuestionario orientador para la evaluación
(Fuente: NUEVO CURSO DE FILOSOFÍA Y LÓGICA, Prof. Obiols)
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1)      Enuncie la definición de “ciencia” que dio el Dr. Mario Bunge.

2)      Explique, según el texto de Obiols, las características de la ciencia.

3)      ¿A qué se llama “conocimiento científico”? ¿De qué se diferencia?

4)      ¿Cuántos tipos de “ciencia” hay? ¿Cómo se diferencian y cuáles son?

5)      ¿Qué es una “verificación empírica”?

6)      ¿Qué son las “tautologías” y qué las “proposiciones contingentes”?

7)      ¿Qué significa que las “ciencias formales” son “auxiliares” de las fácticas?

8)      Mencione y explique los componentes de un “sistema [científico] axiomático”.

9)      ¿Qué condiciones deben satisfacer un “sistema axiomático”?

10)  ¿A qué se llama un “modelo”? Y, ¿qué es un sistema axiomático “isomorfo”?

11)  Indique desde dónde parte y se construye la concepción inductivista y qué pretende.

12)  ¿Qué método propuso Karl Popper y en qué consistió en cuanto “teoría científica”?

13)  ¿Qué se entiende por “leyes científicas” en el contexto de una “teoría científica”?

14)  Según Obiols, ¿existe un método científico o métodos científico/s fundamental/es?

15)  ¿Existe la verdad definitiva de una “teoría científica”?

16)  ¿Qué constituyen las “deducciones” de una teoría científica?

17)  Defina qué es una H (hipótesis).

18)  Buscar en otra/s fuente/s (para luego exponer en clase) qué es una “O” (consecuencia observacional), una “Co” (contrastación), una HA (hipótesis auxiliar) y su relación con una H ad-Hoc [en latín: “Para esto”, esto es: algo específico y circunstancial].

19)  ¿Cómo progresa la ciencia para el Inductivismo, el Hipotetismo-deductivo y Thomas Kuhn?

20)  Siguiendo a Thomas Khun, dé una definición precisa de “pre-ciencia”, “paradigma”, “ciencia normal”, “anomalías”, “comunidad científica”.

21)  ¿Qué es una “revolución científica”, qué la precede y qué le sucede?
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miércoles, 8 de agosto de 2012

UN CLÁSICO PROBLEMA METAFÍSICO: DIOS.

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UN CLÁSICO PROBLEMA METAFÍSICO EN LA FILOSOFÍA MEDIOEVAL:
LA «EXISTENCIA DE DIOS»
Cuestionario orientador para la evaluación
1) ¿Cuál es la característica de la cultura clásica?
2) ¿Cuál es el suceso fundamental en la época del Emperador Augusto? Desarrolle.
3) ¿Qué concepción del mundo encierra el cristianismo?
4) ¿Qué hereda el cristianismo del Judaísmo y cuál es su elemento notable y novedoso?
5) Delimite los períodos en que se divide la filosofía medioeval e indique cuáles son.
6) Desarrolle brevemente en qué consiste la Patrística y los temas que surgen en ella.
7) ¿A qué se llama Escolástica? ¿Quién fue su figura principal y cuál fue su pensamiento?
8) Mencione las líneas de argumentación a favor de la existencia de Dios en el medioevo.
9) Desarrolle el argumento a favor de la existencia de Dios de San Anselmo.
10) ¿Por qué razón Kant, en el siglo XVIII impugna el argumento de Anselmo?
11) Resuma los argumentos de Tomás de Aquino e indique cómo se denominan específicamente.
12) ¿Qué es la mística, cuál es su finalidad y a través de qué medios se lleva a cabo?
13) Desarrolle cómo se considera, finalmente, el problema de la existencia de Dios y por qué?
14) Indique qué posiciones persisten en la Modernidad y en qué consisten y cuáles surgen.
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martes, 7 de agosto de 2012

«Metodología de la Investigación» (y Epistemología)


Bibliografía digital disponible
para «Metodología de la Investigación»
Fundamentos de "Pensamiento Científico" y "Epistemología".
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General e Introductoria:

Clasificación [tipos] de las "Ciencias"

Introducción a la Epistemología

El "Pensamiento Científico"

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lunes, 23 de abril de 2012

MITO y LOGOS -preSocratico


            El MITO es una tradición (traditio), una “historia” y o leyenda, “tenida por cierta” (autóctona en su comienzo social) que intenta transmitir, explicar, expresar, valorar el sentido u origen de un evento o sucedo (ereignis) “ocurrido” (contextualizado) en “los tiempos primordiales” (que es el “tiempo mítico”). Los mitos a medida que se van transmitiendo, conservando y aggiornando, devienen en un peculiar “folclore”, en “aquello” que van constituyendo la conciencia originaria y el sustrato más antiguo y genial cultural más antiguo de un pueblo o nación. 

            En cuanto a su “formalidad literaria”, los “relatos míticos”, constituyen el género que agotan y satisfacen. No utilizan un lenguaje lógico argumentativo, sino más bien un lenguaje un conjunto de “símbolos” (en algunos casos se habla de un “sistema de símbolos míticos” que los especialistas reconocen en ellos, como constantes esenciales), muchos de los cuales son “universales”, es decir, “arquetipos psíquicos humanos”, que pertenecen a la dimensión pre-lógica que aun, a pesar de todos los intentos de eliminación y reemplazo no se ha podido aniquilar, porque surge del instinto primordial a la necesidad de expresar de modo “metafórico” una “realidad” o “interioridad” (calificarlo como “falso” es análogo al acto ignorante que califica al “género poético” de ficticio e inexacto, e inútil, como he tenido la desgracia de escuchar de parte de pseudo críticos de la cultura, incapaces de definir esta última; hablo de los “críticos de oficio” que son “zurdos los del vulgo”, los “contreras de los ignorantes”, los haraganes intelectuales que prefieren criticar a pensar y superar, destruir a edificar, entender y explicar a tomarse del detalle para abandonar la critica y mandarse a contrariar). 

            Su fuente es la imaginación pre-lógica, por eso abundan en imágenes, y no depende de la “racionalidad”. Es más, históricamente, ha cedido ante ella, en cierto sentido… En cambio, aquello que se llama LOGOS es palabra-explicadora, respuesta al interrogante-lógizado y logizador. Las imágenes que en los mitos hablaban aquí no son el elemento esencial, porque “habla” en el entendimiento, a través de la abstracción, el lenguaje concreto-material. La diferencia entre el mito y el logos es radical, aunque se vuelva patente en las obras de los Pensadores antiguos. El “pensamiento” no es “lógico” sino también “mítico”. De tras de los mitos hay pensamientos, sucede que no “apelan” a la razón-decodificadora del símbolo en el sentido formal, sino a la “inteligencia-creadora”. El “lógico”, en cambio, “crea”, y apela a la “inteligencia-pasiva” e invita al interrogante y a la búsqueda y constatación en la realidad de las proposiciones que se enuncian. El origen del Logos es (y en esto no hay redundancia) “lógico-argumentativo”, exige rigor del oyente o lector, por eso los conceptos abstractos de los que se sirve (algunos de los cuales ha tomado de los mitos! y los ha reformulado o criticado) son inmateriales, pero no en sentido de “fantasiosos” o “fabulosos” como en el caso del mito. Las “ideas” universales (decimos “ideas universales” aquí en cierta oposición a las “imágenes particulares, sensibles y concretas”, como primer medio de acceso a lo que se enuncia o refiere con la “proposiciones” tomadas como símbolo lingüístico), las ideas, decíamos, son las “protagonistas” del comienzo en la historia humana del proceso de logización humana (que incluye el acto de “ponerle nombre a las cosas”, y es el comienzo de la vinculación del lenguaje con las cosas). 

            Con la aparición de los “primeros filósofos” (que son más físicos que “pensadores e interrogadores de lo intangible”) comienza la segunda etapa de contemplación, y posterior instauración, estipulación, antes que de los pensamientos, de los esquemas en los cuales dichos pensamientos se alojarán. Los filósofos del comienzo son los primeros en enterarnos de que hay “cosas que son y se llaman así” y, con este inocente e imperceptible acto, han modelado, la mente del hombre –en vías de una nueva civilización, de cierta civilización racional. Los “mitólogos” y los “físicos” (primeros filósofos) han “creado” el universo que contemplamos, haciéndonos ver y creer en un mundo paralelo a nuestros sentidos. Con diferentes matices, es claro, ambos nos han ofrecido “algo más” que “vivir entre las cosas” sin cuestionarnos, y han intentado, con los recursos que contaban, explicarnos el origen del mundo, del hombre, de los dioses, de las tradiciones y del mismo lenguaje. Hacer justicia con ellos es escucharlos y tomarlos hoy como modelos, quizás, las “nuevas realidades” requieran de nuevos “mitólogos y filósofos” (poetas y físicos) que nos hagan pensar en un “más allá” del “más acá” de nuestras narices, en principio.-

lunes, 9 de abril de 2012

CULTURA Y FILOSOFÍA -aclaración nomás

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Lo que creo que me quedó por decir es que así como la cultura (que es un invento humano; todas las formas de «lenguajes», el conjunto de los usos y costumbres, los valores y todo lo que constituye su esencia; la esencia de ese pueblo, lo suyo propio, incluída su historia) cambia, porque es un «fenómeno dinámico» (que se enriquece o empobrece según los hombres y la historia) lo mismo sucede con los interrogantes y las respuestas a los mismos interrogantes que se van dando en la historia viva de los hombres... Cambia el lenguaje, cambia la manera de preguntar y responder a tal o cual interrogante. Y cambia el mundo, y las cosas que nos despiertan interés, que nos asombran, que nos hacen dudar o sospechar y que nos emocionan y conmocionan interiormente, y nos hacen pensar, porque todo cambia. Por eso, si la filosofía, como dijo George Dilthey, es la «ciencia de lo real» NO puede volverse dogmática y aburrida (de todo) y no puede permitir que las cosas tengan una sola perspectiva y nada más. Por eso la relación con la cultura, porque de ella es, a mi parecer, uno de sus signos más importantes; la «cultura» (que es dinámica, en su dinamismo) guarda y transmite las más elevadas formas de pensar que se fueron dando en los diversos tiempos y los diferentes asuntos que fueron surgiendo en la historia de los hombres. Por eso, el que estudia Filosofía y los pensamientos de los diferentes filósofos debe aprender de ellos, más que nada, la actitud, el hecho mismo de detenerse a pensar en algún aspecto que les haya resultado atractivo de la realidad y, sobre todo, tratar de descubir el método del filosofar del que se servieron (su modo de analizar y reflexionar) y no quedarse sólo con los pensamientos y doctrinas del Manual. La «Filosofía» es siempre más de lo que se pueda enseñar, porque es una actitud ante las cosas que están a nuestro alrrededor y que, de algún modo, impactan o nos tocan de modo personal.

Por eso, una «filosofía fósil», vieja, aburrida, que no nos aporta nada para comprender, pensar y vivir mejor «nuestra realidad» (personal y social) no es una filosofía con mucho sentido. Resumo: Si tuviese que describir «mi oficio» sería algo así: Tratar de contribuir a que las personas (en la etapa de su vida que estén atravesando) puedan tener más y mejores instrumentos (de los muchos que aprendí y que la cultura de hoy no los convida) para poder llevar una vida (y pensar) menos ligera y torpe, más conciente y más libre, más acorde a la capacidad que tenemos de poder pensar y reflexionar. Y poder ayudar a despertar una sospecha, una duda, un «flash», algo que nos descoloque y lleve a una dimensión más profunda de nuestras vidas, porque es posible vivir menos superficialmente, y con más autenticidad (porque a mayor «obrar pensado», más poder sobre la poca o mucha libertad que tengamos podremos conquistar). Claro que, para esto, es necesario abrir la mente y la voluntad y disponerse a pensar y reflexionar, y es más fácil vivir y obrar sin pensar, aunque luego tengamos que arrepentirnos y sentirnos los más tontos del mundo por haber obrado por impulso, como sólo puede hacerlo un animal. Los hombres, en cambio, podemos aspirar a más...

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viernes, 30 de marzo de 2012

«SEMIOLOGÍA». Aclaraciones complementarias

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El presente texto intenta repasar algunas nociones esenciales del texto SEMIOLOGÍA (§ 1 al 5) que el Prof. Guillermo Obiols publicó en su NUEVO CURSO DE FILOSOFÍA Y LÓGICA. Éstas aclaraciones son COMPLEMENTARIAS y NO reemplazan ni lo dado en clase ni el texto de Obiols. http://bonafina.blogspot.com.ar/2009/04/semiologia.html
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domingo, 18 de marzo de 2012

jueves, 8 de marzo de 2012

ORIGEN DE LA LÓGICA Y LA FILOSOFÍA

Prof. Pablo H. Bonafina

El nacimiento informal de la Filosofía se produjo cuando la naturaleza humana inteligente se preguntó (movida por el asombro y el encantamiento propio de quien quiere saber y puede buscar, y luego esbozar, una respuesta) por algún qué o cuál, por qué o para qué. Pero su nacimiento formal surgió, en cambio, con los primeros grandes maestros de las primeras respuestas. En efecto, fue con (estas mismas) respuestas que la Filosofía se fue constituyendo en ciencia (y engendradora de nuevas preguntas) hasta convertirse en una de las más antiguas e importantes invenciones del hombre, colaboradora indispensable de su progreso y de la formación de su civilización.


Casi simultáneamente con este gran “descubrimiento”, desde el principio, se ha desarrollado otra disciplina que se conoció con el nombre de Analítica, y que más tarde, al convertirse en ciencia formal, recibió el nombre de Lógica. Fue ésta, en el comienzo, una disciplina propedéutica de aquélla y a aquélla subordinada. En efecto, al principio, la Lógica fue una suerte de introducción pedagógica a la Filosofía. Y es que la Filosofía, que es una ciencia donde se exponen pensamientos y reflexiones sobre distintas cuestiones, necesitó muy pronto de una disciplina que colaborara con ella en la expresión de sus conclusiones y argumentaciones. Y del análisis de los contenidos (pensamientos) filosóficos, llegó la Lógica a acometer un análisis de las mismas estructuras internas del pensamiento en sí. Pues, la Filosofía no sólo es una ciencia que “dice cosas” sino que “intenta decir coherentemente acerca de las cosas”, con ese rigor particular que la caracteriza, pues, ella misma, es una ciencia analítica y deductiva, cuya formalización se dio de la mano de la Lógica.

Aunque muchos autores modernos hayan criticado a la Filosofía en nombre de la Lógica, o viceversa, la historia nos muestra que han ido creciendo juntas. Es cosa sabida que, los lógicos más representativos, hasta la modernidad, han sido filósofos –aunque es verdad que muchos filósofos son muy poco lógicos, y deberían serlo más. Quizás con esto se entienda el proyecto de algunos modernos de apartar a la Lógica de la Filosofía edificando algo así como una Lógica Matemática, más matemática que Lógica. Quien reconoce un valor a la Lógica moderna, automáticamente, separa a la Lógica en sí de la Filosofía y de la Lógica Filosófica, a la que se llama, frente a la nueva, Clásica, por no decir vieja inútil.

La Filosofía no hubiese podido llegar a ser nunca una ciencia, en sentido estricto, si no hubiera contado con el auxilio de la Lógica. Lo que hace diferenciar a un pensamiento filosófico de una opinión, u otro tipo de pensamiento, es el carácter lógico del mismo. La Filosofía es la ciencia que busca las razones y las causas esenciales de todas las cosas, y no hubiese podido llegar nunca a realizar su función si no hubiese tenido a una educadora en sus modales (reflexivos) tan particular y eficiente como ha sido la Analítica.

Por otra parte, muchos se olvidan hoy que la Filosofía fue una de las primeras ciencias empíricas, experimentales. La Lógica, una vez sistematizada, por su parte, ha reflexionado acerca de sí misma, y de las formas concretas en que ella ha ido expresando la realidad a lo largo de la historia, y le ha impuesto sus límites ante consumados o eventuales excesos. Una conclusión fundamental que alcanzó fue que las expresiones de las cosas no se identifican exactamente con las cosas mismas, de ahí que sea necesario, tomar conciencia del límite del lenguaje y de los errores en los que se puede incurrir. Hay dos tipos de errores: de comprensión y de expresión. A los que algún error o ambos cometen, la Lógica les convida sus herramientas para que adecuen mejor sus sentidos, percepciones, entendimiento y palabras a la realidad que investigan y puedan expresarla de modo cada vez más auténtico.

Y la Filosofía, después de un largo observar, incluso de reiteradas equivocaciones suyas, le dice a la Lógica que las explicaciones de las cosas son más bien provisorias que definitivas, y el lenguaje es un elemento esencial de la cultura, y que la cultura es una realidad dinámica que, si bien mantiene con vida en su seno tradiciones y valores, los expresa de muy diversos modos. Y que los modos (lógicos) mismos pueden, y deben, modificarse, aggiornándose, si se modifica su misma materia.

Las palabras, muchas veces, resultan insuficientes, y la Filosofía no se puede permitir llevar una existencia dogmática, y mucho menos la Lógica, que debe evolucionar al compás de la cultura vigente a fin de no aplicar a las nuevas situaciones surgentes esquemas mentales (neurolingüísticos, si se me permite la expresión) que ya no tienen sustento en la praxis cotidiana. Muchas estructuras de pensamiento ya dejaron de existir, y no tiene sentido seguir forjando en las mentes esquemas obsoletos. Por eso, es preciso mantener vivo lo que sobrevivió al crisol de los tiempos, y tomar de ello lo necesario para la formación del propio recipiente del pensamiento, que es la mente, transmitiéndolo a lo que nos siguen en la maravillosa, y siempre novedosa, tarea de reprensar todas las cosas.

La Lógica y la Filosofía se presentan inseparables, y no sería exageración afirmar que una existe por la otra y para la otra. Es un extraordinario círculo de cooperación científico. La Lógica no le permite a la Filosofía que deje de ser una ciencia y se vulgarice. Y la Filosofía le convida a la Lógica la “materia” para que investigue con sus esquemas analíticos. Por eso, una Lógica sin Filosofía, queda como una auxiliar de la Matemática, pero sin fundamento discursivo, incapaz de formular teoremas y principios. Y una Filosofía sin Lógica queda como una fuente (o conjunto) de palabras sin autoridad científica, cuando no sin sentido.-

Prof. Pablo H. Bonafina
Buenos Aires, marzo de 2012.-

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miércoles, 22 de febrero de 2012

EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA según Aristóteles

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del Libro «METAFÍSICA» (Libro I, 1-2)


- I -
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Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber. El placer que nos causan las percepciones de nuestros sentidos son una prueba de esta verdad. Nos agradan por sí mismas, independientemente de su utilidad, sobre todo las de la vista. En efecto, no sólo cuando tenemos intención de obrar, sino hasta cuando ningún objeto práctico nos proponemos, preferimos, por decirlo así, el conocimiento visible a todos los demás conocimientos que nos dan los demás sentidos. Y la razón es que la vista, mejor que los otros sentidos, nos da a conocer los objetos, y nos descubre entre ellos gran número de diferencias.
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Los animales reciben de la naturaleza la facultad de conocer por los sentidos. Pero este conocimiento en unos no produce la memoria; al paso que en otros la produce. Y así los primeros son simplemente inteligentes; y los otros son más capaces de aprender que los que no tienen la facultad de acordarse. La inteligencia, sin la capacidad de aprender, es patrimonio de los que no tienen la facultad de percibir los sonidos, por ejemplo, la abeja y los demás animales que puedan hallarse en el mismo caso. La capacidad de aprender se encuentra en todos aquellos que reúnen a la memoria el sentido del oído. Mientras que los demás animales viven reducidos a las impresiones sensibles o a los recuerdos, y apenas se elevan a la experiencia, el género humano tiene, para conducirse, el arte y el razonamiento.
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En los hombres la experiencia proviene de la memoria. En efecto, muchos recuerdos de una misma cosa constituyen una experiencia. Pero la experiencia al parecer se asimila casi a la ciencia y al arte. Por la experiencia, progresan la ciencia y el arte en el hombre. La experiencia, dice Polus, y con razón, ha creado el arte; la inexperiencia marcha a la aventura. El arte comienza, cuando de un gran número de nociones suministradas por la experiencia, se forma una sola concepción general que se aplica a todos los casos semejantes. Saber que tal remedio ha curado a Calias atacado de tal enfermedad, que ha producido el mismo efecto en Sócrates y en muchos otros tomados individualmente, constituye la experiencia; pero saber, que tal remedio ha curado toda clase de enfermos atacados de cierta enfermedad; los flemáticos, por ejemplo, los biliosos o los calenturientos, es arte. En la práctica la experiencia no parece diferir del arte, y se observa que hasta los mismos que sólo tienen experiencia consiguen mejor su objeto que los que poseen la teoría sin la experiencia. Esto consiste en que la experiencia es el conocimiento de las cosas particulares, y el arte, por lo contrario, el de lo general. Ahora bien, todos los actos, todos los hechos se dan en lo particular. Porque no es al hombre al que cura el médico, sino accidentalmente, y sí a Calias o Sócrates o a cualquier otro individuo que resulte pertenecer al género humano. Luego si alguno posee la teoría sin la experiencia, y conociendo lo general ignora lo particular en él contenido, errará muchas veces en el tratamiento de la enfermedad. En efecto, lo que se trata de curar es al individuo. Sin embargo, el conocimiento y la inteligencia, según la opinión común, son más bien patrimonio del arte que de la experiencia, y los hombres de arte pasan por ser más sabios que los hombres de experiencia, porque la sabiduría está en todos los hombres en razón de su saber. El motivo de esto es que los unos conocen la causa, y los otros la ignoran.
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En efecto, los hombres de experiencia saben bien que tal cosa existe, pero no saben porqué existe; los hombres de arte, por lo contrario, conocen el porqué y la causa. Y así afirmamos verdaderamente que los directores de obras, cualquiera que sea el trabajo de que se trate, tienen más derecho a nuestro respeto que los simples operarios; tienen más conocimiento y son más sabios, porque saben las causas de lo que se hace; mientras que los operarios se parecen a esos seres inanimados que obran, pero sin conciencia de su acción, como el fuego, por ejemplo, que quema sin saberlo. En los seres inanimados una naturaleza particular es la que produce cada una de estas acciones; en los operarios es el hábito. La superioridad de los jefes sobre los operarios no se debe a su habilidad práctica, sino al hecho de poseer la teoría y conocer las causas. Añádase a esto, que el carácter principal de la ciencia consiste en poder ser transmitida por la enseñanza. Y así, según la opinión común, el arte, más que la experiencia, es ciencia; porque los hombres de arte pueden enseñar, y los hombres de experiencia no. Por otra parte, ninguna de las acciones sensibles constituye a nuestros ojos el verdadero saber, bien que sean el fundamento del conocimiento de las cosas particulares; pero no nos dicen el porqué de nada; por ejemplo, nos hacen ver que el fuego es caliente, pero sólo que es caliente.
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No sin razón el primero que inventó un arte cualquiera, por encima de las nociones vulgares de los sentidos, fue admirado por los hombres, no sólo a causa de la utilidad de sus descubrimientos, sino a causa de su ciencia, y porque era superior a los demás. Las artes se multiplicaron, aplicándose las unas a las necesidades, las otras a los placeres de la vida; pero siempre los inventores de que se trata fueron mirados como superiores a los de todas las demás, porque su ciencia no tenía la utilidad por fin. Todas las artes de que hablamos estaban inventadas, cuando se descubrieron estas ciencias que no se aplican ni a los placeres ni a las necesidades de la vida. Nacieron primero en aquellos puntos donde los hombres gozaban de reposo. Las matemáticas fueron inventadas en Egipto, porque en este país se dejaba un gran solaz a la casta de los sacerdotes.

Hemos asentado en la Moral la diferencia que hay entre el arte, la ciencia y los demás conocimientos. Todo lo que sobre este punto nos proponemos decir ahora, es que la ciencia que se llama Filosofía es, según la idea que generalmente se tiene de ella, el estudio de las primeras causas y de los principios. Por consiguiente, como acabamos de decir, el hombre de experiencia parece ser más sabio que el que sólo tiene conocimientos sensibles, cualesquiera que ellos sean; el hombre de arte lo es más que el hombre de experiencia; el operario es sobrepujado por el director del trabajo, y la especulación es superior a la práctica. Es, por tanto, evidente que la Filosofía es una ciencia que se ocupa de ciertas causas y de ciertos principios.


- II -

La ciencia, que tiene por objeto la verdad, es difícil bajo un punto de vista y fácil bajo otro. Lo prueba la imposibilidad que hay de alcanzar la completa verdad, y la imposibilidad de que se oculte por entero. Cada filósofo explica algún secreto de la naturaleza. Lo que cada cual en particular añade al conocimiento de la verdad no es nada, sin duda, o es muy poca cosa, pero la reunión de todas las ideas presenta importantes resultados. De suerte, que en este caso sucede a nuestro parecer como cuando decimos con el proverbio; ¿quién no clava la flecha en una puerta? Considerada de esta manera, esta ciencia es cosa fácil. Pero la imposibilidad de una posesión completa de la verdad en su conjunto y en sus partes, prueba todo lo difícil que es la indagación de que se trata. Esta dificultad es doble. Sin embargo, quizá la causa de ser así no está en las cosas, sino en nosotros mismos. En efecto, lo mismo que a los ojos de los murciélagos ofusca la luz del día, lo mismo a la inteligencia de nuestra alma ofuscan las cosas que tienen en sí mismas la más brillante evidencia.

Es justo, por tanto, mostrarse reconocidos, no sólo respecto de aquellos cuyas opiniones compartimos, sino también de los que han tratado las cuestiones de una manera un poco superficial, porque también éstos han contribuido por su parte. Estos han preparado con sus trabajos el estado actual de la ciencia. Si Timoteo no hubiera existido, no habríamos disfrutado de estas preciosas melodías, pero si no hubiera habido un Frinis no habría existido Timoteo. Lo mismo sucede con los que han expuesto sus ideas sobre la verdad. Nosotros hemos adoptado algunas de las opiniones de muchos filósofos, pero los anteriores filósofos han sido causa de la existencia de éstos.

En fin, con mucha razón se llama a la filosofía la ciencia teórica de la verdad. En efecto, el fin de la especulación es la verdad, el de la práctica es la mano de obra; y los prácticos, cuando consideran el porqué de las cosas, no examinan la causa en sí misma, sino con relación a un fin particular y para un interés presente. Ahora bien, nosotros no conocemos lo verdadero, si no sabemos la causa. Además, una cosa es verdadera por excelencia, cuando las demás cosas toman de ella lo que tienen de verdad, y de esta manera el fuego es caliente por excelencia, porque es la causa del calor de los demás seres. En igual forma, la cosa, que es la causa de la verdad en los seres que se derivan de esta cosa, es igualmente la verdad por excelencia. Por esta razón los principios de los seres eternos son sólo necesariamente la eterna verdad. Porque no son sólo en tal o cual circunstancia estos principios verdaderos, ni hay nada que sea la causa de su verdad; sino que, por lo contrario, son ellos mismos causa de la verdad de las demás cosas. De manera que tal es la dignidad de cada cosa en el orden del ser, tal es su dignidad en el orden de la verdad.

Traducción del griego de Patricio de Azcárate.
http://filosofia.org/cla/ari/azcarate.htm
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