lunes, 9 de abril de 2012

CULTURA Y FILOSOFÍA -aclaración nomás

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Lo que creo que me quedó por decir es que así como la cultura (que es un invento humano; todas las formas de «lenguajes», el conjunto de los usos y costumbres, los valores y todo lo que constituye su esencia; la esencia de ese pueblo, lo suyo propio, incluída su historia) cambia, porque es un «fenómeno dinámico» (que se enriquece o empobrece según los hombres y la historia) lo mismo sucede con los interrogantes y las respuestas a los mismos interrogantes que se van dando en la historia viva de los hombres... Cambia el lenguaje, cambia la manera de preguntar y responder a tal o cual interrogante. Y cambia el mundo, y las cosas que nos despiertan interés, que nos asombran, que nos hacen dudar o sospechar y que nos emocionan y conmocionan interiormente, y nos hacen pensar, porque todo cambia. Por eso, si la filosofía, como dijo George Dilthey, es la «ciencia de lo real» NO puede volverse dogmática y aburrida (de todo) y no puede permitir que las cosas tengan una sola perspectiva y nada más. Por eso la relación con la cultura, porque de ella es, a mi parecer, uno de sus signos más importantes; la «cultura» (que es dinámica, en su dinamismo) guarda y transmite las más elevadas formas de pensar que se fueron dando en los diversos tiempos y los diferentes asuntos que fueron surgiendo en la historia de los hombres. Por eso, el que estudia Filosofía y los pensamientos de los diferentes filósofos debe aprender de ellos, más que nada, la actitud, el hecho mismo de detenerse a pensar en algún aspecto que les haya resultado atractivo de la realidad y, sobre todo, tratar de descubir el método del filosofar del que se servieron (su modo de analizar y reflexionar) y no quedarse sólo con los pensamientos y doctrinas del Manual. La «Filosofía» es siempre más de lo que se pueda enseñar, porque es una actitud ante las cosas que están a nuestro alrrededor y que, de algún modo, impactan o nos tocan de modo personal.

Por eso, una «filosofía fósil», vieja, aburrida, que no nos aporta nada para comprender, pensar y vivir mejor «nuestra realidad» (personal y social) no es una filosofía con mucho sentido. Resumo: Si tuviese que describir «mi oficio» sería algo así: Tratar de contribuir a que las personas (en la etapa de su vida que estén atravesando) puedan tener más y mejores instrumentos (de los muchos que aprendí y que la cultura de hoy no los convida) para poder llevar una vida (y pensar) menos ligera y torpe, más conciente y más libre, más acorde a la capacidad que tenemos de poder pensar y reflexionar. Y poder ayudar a despertar una sospecha, una duda, un «flash», algo que nos descoloque y lleve a una dimensión más profunda de nuestras vidas, porque es posible vivir menos superficialmente, y con más autenticidad (porque a mayor «obrar pensado», más poder sobre la poca o mucha libertad que tengamos podremos conquistar). Claro que, para esto, es necesario abrir la mente y la voluntad y disponerse a pensar y reflexionar, y es más fácil vivir y obrar sin pensar, aunque luego tengamos que arrepentirnos y sentirnos los más tontos del mundo por haber obrado por impulso, como sólo puede hacerlo un animal. Los hombres, en cambio, podemos aspirar a más...

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